¡No lo veas a los ojos!
Le gritaba así, suplicante, una madre a su hija pequeña, de unos cuatro años, que manifestaba su temor ante una figura que le parecería atemorizante: un hombre pequeño disfrazado de Chucky que estaba parado sobre un macetero mirando amenazante a todos los que pasábamos a su lado. Me sorprendió la actitud de la madre: si …